El mundo vive momentos
de convulsión estos últimos días, en realidad, si hacemos un recuento de los
hechos que han puesto de cabeza al mundo este año, tranquilamente haríamos una
enciclopedia de varios volúmenes bien explicados y detallados.
Los últimos de días Europa
ha sido blanco de todo tipo de noticias, desde el Brexit hasta el atentado de
ayer en Turquia, hacen pensar que Europa solo esta para sobrevivir penurias y
congojas.
Sin embargo, ver la
actitud de varios líderes europeos en pro de la unidad y tranquilidad de sus
pueblos es admirable.
En esta oportunidad
veremos algunas cosas importantes que marcarían el destino de la Eurozona,
sobre todo después del Brexit.
Amistad y Conflicto
Será la primera cumbre
de jefes de Estado y de Gobierno de la UE tras la victoria del brexit en el
referéndum del 23 de junio. Y los dirigentes europeos afrontan la reunión, que
comienza este martes por la tarde en Bruselas, divididos sobre la actitud que deben
adoptar ahora hacia Reino Unido. Los más duros son la Comisión y la Eurocámara.
El presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, sostiene que el
brexit no será un “divorcio amigable” y pide una “postura firme” frente a los
británicos. La canciller alemana, Angela Merkel, responde que no hay necesidad
de que la separación sea “desagradable”.
En lo único en lo que
están de acuerdo los líderes europeos es en que la negociación no comenzará
hasta que Londres active la cláusula de divorcio, el artículo 50 del Tratado de
Lisboa, y que por tanto empiece a correr el plazo de dos años para la
separación. No habrá contactos informales previos sobre el brexit, como
reclaman los políticos británicos, que alarguen indefinidamente el proceso. Así
lo han anunciado la propia Merkel; el presidente francés François Hollande; y
el primer ministro italiano, Matteo Renzi, tras un encuentro previo a la cumbre
celebrado este lunes en Berlín. A diferencia de Merkel, Hollande y Renzi abogan
por la línea dura con Londres y un divorcio rápido.
La salida de Reino Unido
de la UE ha eclipsado por completo al resto de temas en la agenda del Consejo
Europeo, de los que apenas se habla estos días en Bruselas: la crisis
migratoria, la situación económica o las prioridades de política exterior. Toda
la atención se centra en la cena de los líderes europeos con David Cameron, que
tendrá lugar este martes por la noche. El primer ministro británico tiene
previsto explicar a sus colegas el resultado del referéndum y sus consecuencias
en la política británica.
Nadie espera que Cameron
pida ya el divorcio. La mayoría de los dirigentes británicos, incluido el líder
de la campaña del brexit y uno de los candidatos a primer ministro, Boris
Johnson, han dejado claro que no tienen prisa. “El artículo 50 no se activará
hasta que se haya realizado una cantidad considerable de trabajo preparatorio
informal, aquí y en discusión con nuestros socios europeos”, ha escrito en el
Financial Times el portavoz del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes
y partidario del brexit, Chris Grayling.
Peligro de virulencia
Estas maniobras
dilatorias de las autoridades británicas son las que han provocado las primeras
fisuras entre los dirigentes europeos. En una reunión extraordinaria de la
Comisión este lunes, su presidente, Jean-Claude Juncker, ha reclamado que la UE
adopte una “postura firme” frente a Reino Unido, según han explicado a EL
ESPAÑOL fuentes europeas. El proceso de divorcio debe
También la Eurocámara
exige a Cameron que acelere el brexit. El primer ministro británico debe
activar “inmediatamente” la cláusula de divorcio con el fin de “prevenir una
incertidumbre perjudicial para todo el mundo y proteger la integridad de la
Unión”. Ese es el principal mensaje de la resolución sobre el referéndum
británico que aprobará el pleno urgente de este martes y que ya ha sido
acordada por los principales grupos políticos: conservadores, socialistas,
liberales y verdes.
En una posición más
conciliadora con Reino Unido se han situado la canciller Merkel, el presidente
del Consejo Europeo, Donald Tusk, y también los países del Este. Tusk entiende
que Londres retrase la petición de divorcio por la “importante crisis” política
que ha provocado el referéndum. Merkel ha dicho este fin de semana que no
presionará para una salida inmediata. “No hay motivos para ser particularmente
desagradables”, sostiene. “Podemos esperar al próximo primer ministro”, afirma
el embajador de un país del Este, que se identifica con la línea de la
canciller. Teniendo en cuenta los estrechos lazos económicos, castigar a
Londres acabará perjudicando a todos, alegan.
No obstante, entre los
países del Este no ha sentado nada bien la reunión sobre el brexit de los seis
fundadores de la UE –Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo-
celebrada el sábado en Berlín. El encuentro tampoco ha gustado a los nórdicos.
“La reunión de los ministros de Exteriores de los seis Estados fundadores envía
el mensaje equivocado. No hay que mirar al pasado, hay que mirar al futuro de
la UE de 27”, ha escrito el ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb, en
su cuenta de Twitter.
Estados Unidos asume arbitraje
Esto es algo que muchos
veian venir, la intervención de Estados Unidos parece ser clave para esa transición.
El riesgo de un divorcio
conflictivo entre Bruselas y Londres, que agrave todavía más las turbulencias
financieras provocadas por el referéndum, preocupa especialmente a Estados
Unidos. El secretario de Estado, John Kerry, ha realizado este lunes una visita
relámpago improvisada a Europa para pedir a los dirigentes comunitarios que
sean razonables y ofrecerse como árbitro si es necesario. “Es absolutamente
esencial que, durante este periodo de transición, todos nos centremos en evitar
que nadie pierda la cabeza, que nadie actúe sin pensar, que nadie desarrolle
actitudes de venganza”, ha reclamado Kerry.
Pero incluso los países
que más simpatizan con Reino Unido admiten que la UE debe ser estricta durante
las negociaciones de separación. “No se puede ser excesivamente comprensivo,
porque si no das alas a cualquier otro Estado miembro para que haga lo mismo.
Hay que mostrarse riguroso, serio y exigente”, sostiene un embajador de un país
grande.
El Consejo Europeo
servirá también para escenificar por primera vez cómo será la UE sin Reino
Unido. Cameron tiene previsto regresar a Londres tras la cena de este martes,
mientras que el resto de jefes de Estado y de Gobierno se quedarán en Bruselas
para celebrar el miércoles su primera reunión a 27. Además de discutir sobre
cómo se hará el brexit, los líderes europeos pretenden mostrar que la Unión
Europea sigue adelante y frenar posibles nuevas salidas.
En busca de una visión
Pero los países miembros
tampoco están de acuerdo en cómo debe ser el futuro de la Unión. “No hay una
visión común”, admite un embajador. Los países del este reclaman por ejemplo
recuperar algunas políticas cedidas a Bruselas y culpan a Juncker del brexit
por su gestión de la crisis migratoria y la imposición de cuotas obligatorias
de refugiados a los Estados miembros. El ministro de Exteriores checo, Lubomir
Zaoralek, ha pedido su dimisión. “No es el hombre adecuado para el trabajo”, ha
dicho en la televisión de su país.
Lo que sí está claro es
que el referéndum británico ha frenado, al menos de momento, el proceso de
integración europea. El mantra “más Europa”, con el que los dirigentes de la UE
respondían en el pasado a cualquier crisis, ha sido sustituido por “mejor
Europa”. Bruselas, sostienen la mayoría de líderes, debe centrarse en las
políticas en las que aporta valor añadido y abandonar los asuntos que gestionan
mejor las autoridades nacionales.
Para Merkel, Hollande y
Renzi, las prioridades de la nueva Europa deben ser la seguridad, el control de
las fronteras, la lucha contra el terrorismo y las políticas para impulsar el
crecimiento y el empleo. Pero tampoco sobre estas cuestiones hay consenso.
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