Corrían
los años 90. Para ese entonces, la zona euro había vivido acontecimientos muy
importantes para la historia moderna, la caída del muro de Berlin es quizá, el
mayo emblema de que un cambio importante estaba por vivirse en Europa.
Precisamente
en el año 1993 se da a luz los primeros pasos para la creación de lo que hoy
conocemos como la Unión Europea.
Un
continente que había sido golpeado duramente en su historia, 2 guerras
mundiales, corrientes de pensamiento con fines nacionalistas, desigualdad y
muchas otras cosas habían venido golpeando el viejo continente.
Sin
embargo, al parecer la gente se canso de vivir en guerras y desacuerdos y
dieron los primeros pasos para quizás la integración política, económica,
social, financiero más importante de la historia.
Hoy,
la Unión Europea la conforman 28 países y un par mas que están a la espera de aprobación, una moneda única, un zona comercial única, una bandera continental y otras
cosas mas que representan una sola “nación” frente al mundo.
Sin
embargo, no todo es tan perfecto como suena. Hoy por hoy, hay un sentimiento de
cansancio en una de las naciones mas poderosas de la Zona Euro, hablamos de
Inglaterra.
En
una entrada anterior publicamos sobre la preocupación de Francia y Alemania al
notar sentimientos nacionalistas renaciendo en las naciones europeas y al
parecer Inglaterra es la que mejor representa eso.
Un poco de
historia
El
Reino Unido se unió a la Comunidad Económica Europea, comúnmente denominada por
los británicos como el "Mercado Común", el 1 de enero de 1973 bajo el
gobierno conservador de Edward Heath. El Partido Laborista, liderado en la
oposición por Harold Wilson, concurrió a las elecciones generales de octubre de
1974 con el objetivo de renegociar los términos de pertenencia del Reino Unido
a la CEE y posteriormente celebrar un referéndum sobre la permanencia en la
misma en función de los nuevos términos.
En
1975 se celebró un referéndum en el que el electorado decidió sobre la
permanencia británica en la CEE. Todos los principales partidos políticos y la
prensa apoyaron la continuidad en el mercado común. Sin embargo, hubo fracturas
internas significativas entre los laboristas (en aquel momento el partido
gobernante), puesto que sus militantes habían votado a favor de la salida en
una conferencia de un día celebrada el 26 de abril de 1975. Puesto que el
gobierno estaba dividido entre acérrimos proeuropeos y antieuropeos, Harold
Wilson autorizó que sus ministros hicieran campaña pública en favor de
cualquiera de las dos opciones. En total, siete de los treinta y dos miembros
del gobierno se opusieron a la pertenencia a la CEE.
El
5 de junio de 1975 los electores tuvieron que decidir si votaban sí o no a la
pregunta: "¿Piensa que el Reino Unido debe permanecer en la Comunidad
Europea (Mercado Común)?". Todos los condados administrativos del Reino
Unido registraron una mayoría de votos afirmativos, con la excepción de las
islas Shetland y las islas Hébridas Exteriores. Como resultado, el Reino Unido
permaneció en la CEE.
Punto de
quiebre
El
Partido Laborista, en la oposición, hizo campaña en las elecciones generales de
1983 con el objetivo de que el Reino Unido saliera de la CEE. La propuesta no
tuvo mayor calado por la aplastante victoria de Margaret Thatcher en las elecciones,
que fue reelegida. A partir de ese momento, el Partido Laborista cambió su
política hacia Europa.
Como
resultado del tratado de Maastricht, la EEC se convirtió en la Unión Europea.
En 1994 se formó el Partido del Referéndum de la mano de James Goldsmith para
concurrir a las elecciones generales de 1997 con el objetivo de celebrar un
referéndum sobre la permanencia en la UE. Presentó candidatos en 547
circunscripciones en aquellas elecciones y consiguió 810 860 votos. No
consiguió ningún escaño en el parlamento por la dispersión de su voto,
perdiendo sus depósitos (aportados por Goldsmith) en 505 circunscripciones.
A
comienzos de la década de 1990 también se formó el Partido de la Independencia
del Reino Unido (UKIP), un partido euroescéptico. Consiguió el tercer lugar en
el Reino Unido en las elecciones europeas de 2004, el segundo en las de 2009 y
el primero en las de 2014. Los comicios de 2014 fueron los primeros desde 1906
en los que el partido más votado no era el Partido Conservador ni el Partido
Laborista.
El
debate lo volvió a retomar en 2013 el primer ministro David Cameron, al
proponer un referéndum sobre el mantenimiento del Reino Unido en la Unión
Europea, proyectado en 2014, pero marcado para 2017. A partir de la victoria en
las elecciones generales de 2015 del Partido Conservador, el proyecto se
consolidó, dado que era uno de los puntos clave de la campaña.
Durante
2016 el primer ministro David Cameron, llevó a cabo una serie de negociaciones
con la UE sobre concesiones que la UE podría ceder, a cambio de un gobierno
británico favorable a la UE.
El BREXIT
El
23 de junio, los ciudadanos del Reino Unido decidirán si desean que su país
continúe perteneciendo (o no) a la Unión Europea. Esta propuesta es conocida
como el Brexit, palabra acuñada de la expresión inglesa British Exit (Salida
Británica) y copiada de la expresión Grexit, la cual fue usada cuando Grecia se
encontró en la misma posición: decidir si seguir o no en el mercado común
europeo.
Es
difícil entender que exactamente está en juego con el llamado referendo del
Brexit (British Exit), es decir, la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Entre que permanecen o se salen, las encuestas ya favorecen por más del 10 por
ciento la salida.
Es
mucho más difícil predecir qué va a suceder si se da el Brexit. El líder del
partido euroescéptico, populista y anti-inmigrante UKIP, el exfinancista Nigel
Farage, dijo que si la libra esterlina pierde lo que analistas estiman: 30 por
ciento, las exportaciones saldrían beneficiadas.
“El
llamado referendo Brexit no podría venir en peor momento. El Brexit podría
significar un golpe devastador al proyecto europeo. Pero mantener al Reino
Unido dentro a toda costa podría resultar igual de peligroso”, comentó Time.
La
potencial salida del Reino Unido del Mercado Común Europeo traerá consigo
grandes cambios en la configuración económica mundial, en especial sobre las
restricciones en su comercio con el resto de Europa y del mundo; serán sus
ciudadanos quienes deberán decidir la mejor solución.
Sería
la primera vez que un país pide salir de la UE.
Esto
podría ser aprovechado por todos aquellos que defienden que es mejor salirse
del bloque.
El Brexit y
los Mercados
¿Por
qué salir de la Unión Europea? Sostienen que Reino Unido está siendo frenado
por la Unión Europea, con la imposición de muchas reglas a los negocios y el
cobro de miles de millones al año en tarifas de membresía a cambio de poco
retorno. También quieren que el país recupere el control absoluto de sus
fronteras y reducir el número de migrantes que llegan a trabajar.
“Los
costos económicos de abandonar la Unión Europea serían mayores a los
beneficios”. Así resume Moody’s en un informe publicado el lunes pasado las
importantes consecuencias que tendría para el Reino Unido su posible salida de
la UE; además advierte que “habría un periodo de inestabilidad que afectaría
negativamente a las inversiones”. Esta situación “dañaría a las exportaciones”
e incluso podría debilitar “las perspectivas de crecimiento de Reino Unido”.
Como consecuencia de todo ello, la agencia calificadora señala que “la decisión
de abandonar la Unión Europea sería negativa para la calificación crediticia
del Reino Unido”.
Su
divisa se mantiene presionada en 1.41 dólares por libra sin descartar antes del
referéndum poder buscar validar sus mínimos de 2009, en 1.38 dólares.
El
libre movimiento de trabajadores seguiría igual si el Reino Unido decide
permanecer dentro de un mercado único europea, el cual se integró en 1992, pero
si el gobierno decide imponer unas restricciones al permiso laboral, otros
países harían lo mismo. Es decir, todos tendrían que pedir visas de trabajo. El
mercado único significa que todos los países de la UE no exportan ni importan
entre sí, sino que nada más realizan intercambios comerciales.
Una
organización de análisis e investigación económica y financiera, estima que en
el peor de los casos, el Reino Unido perdería un 2.2 de su Producto Interno
Bruto, o PIB, para 2030. Y en el mejor de los casos, el PIB crecería un 1.6 por
ciento para el mismo año.
El
impacto económico, en cambio sería la pérdida del 15 por ciento de su PIB. Se
calcula que hay 2 millones de europeos trabajando en el Reino Unido, de los
cuales 700 mil son polacos. Y hay 1.2 millones de británicos trabajando en el
resto de la UE. Todavía no está claro qué sucederá con todos ellos.
Como
ya se mencionó antes, el 24 de este mes será decisivo para la Zona Euro, la
pregunta es ¿Valdrá la pena retener a alguien que se quiere ir? ¿Mejor solo que
mal acompañado?
Es
una situación muy delicada, que de todas maneras, sea cual sea el resultado, tendrá
consecuencias y costos a pagar.
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