martes, 14 de junio de 2016

Actualidad: Orlando y una masacre terrorista

Mama… Voy a morir, es triste empezar esto con estas palabras que un joven le dijo a su mama segundos antes de perder la vida.
Este último fin de semana, se ha vuelto a desentrañar los horrores de una de las fechas más tristes de los últimos tiempos, parece que el 11-S no quiere salir de la mente de la sociedad estadounidense, aunque no se vivió un atentado de proporciones nacionales, el horror de pérdidas humanas de un modo trágico y totalmente fuera de todo sentido se apodero de toda una nación nuevamente.
Sin embargo esta vez, los hechos tienen un matiz que ha descarnado una parte de la sociedad mundial provocando una ola de ira contra todo aquello que roce con asuntos de la religión.
Esta vez, la víctima, fue la comunidad gay.

Terrorismo en Orlando
El tiroteo en Orlando, el más sangriento en la historia de Estados Unidos y el peor ataque a la comunidad gay en el país, generó distintas reflexiones. El presidente Barack Obama pidió acciones concretas para limitar el acceso a las armas y mandó un mensaje alentador: “Ante el odio y la violencia, amémonos los unos a los otros”, dijo.
Donald Trump, por otro lado, abogó por cerrar las puertas de Estados Unidos a los migrantes musulmanes; Hillary Clinton propuso un frente unido para combatir las amenazas externas.
Docenas de cuerpos fueron retirados de una discoteca gay la madrugada del lunes mientras los investigadores trataban de reconstruir los motivos del tiroteo que dejó 50 muertos, incluido el asesino, y 53 heridos.
En los hospitales y los puntos de encuentro cercanos, familiares y amigos de algunas personas que se encontraban en la discoteca, y de las cuales aún no se tiene información, comenzaban a perder la esperanza de que sus seres queridos hubieran sobrevivido al ataque de Omar Mateen, abatido por la policía la misma noche del tiroteo. Los que ya habían recibido la noticia de que alguien cercano había fallecido, organizaban funerales.
“No sabemos a ciencia cierta”, dijo JP Cortes, amigo de Christopher Leinonen, conocido como Drew, que aún no estaba en la lista oficial de fallecidos. Pero añadió que esperaban lo peor. El novio de Leinonen, Juan Ramon Guerrero, murió en la discoteca y su nombre fue uno de los primeros en hacerse público.
A primera hora del lunes, 48 de las 49 víctimas habían sido identificadas, según explicó el alcalde de Orlando, Buddy Dyer, en una rueda de prensa, y ya se ha notificado a las familias de 26 víctimas.
“No puedo imaginarme ser uno de los padres o saber que la persona a la que amas puede estar entre los muertos y tener que esperar para saberlo”, dijo Dyer.
Las autoridades dijeron que Mateen entró al club con un rifle de asalto y una pistola, y desde allí llamó al 911 para declarar que estaba actuando en nombre del Estado Islámico, el grupo que controla partes de Irak, Siria y Libia. Mateen ya había sido investigado en el pasado debido a sus posibles vínculos con la organización terrorista, pero las autoridades no encontraron pruebas. Se cree que estaba en una lista de personas que debían estar bajo vigilancia.


El Estado Islámico aparece en escena
a revelación de que el hombre de 29 años que abrió fuego el domingo en una discoteca gay de Orlando le había dedicado la matanza al Estado Islámico (EI) hace que muchos se pregunten si el asesino realmente actuó por órdenes del grupo, o solo buscaba publicidad para justificar un acto de odio.
Para quienes planifican las acciones terroristas del Estado Islámico, la diferencia es irrelevante. Influir en atacantes lejanos que les juran lealtad y luego ejecutan asesinatos en masa se ha convertido en una parte fundamental de la propaganda del grupo en los últimos dos años.

Ellos difuminan deliberadamente la línea entre las operaciones que planean y ejecutan los combatientes de sus células y las que realizan sus simpatizantes.
El atacante, Omar Mateen, le dijo a un operador del 911 que le había jurado lealtad al Estado Islámico. En la nomenclatura del grupo esa promesa se llama bay’ah, y es parte central del protocolo del EI. La matanza de Orlando es la tercera vez en que una promesa de lealtad es invocada en Estados Unidos.
En diciembre, cuando una pareja de San Bernardino, California, salió de su casa con rifles de asalto, se aseguraron de publicar su juramento de lealtad en Facebook, donde los oficiales de policía lo encontraron después de los hechos.
Unos minutos antes de disparar en una exposición de dibujos animados con imágenes del profeta Mahoma en Texas, en mayo de 2015, Elton Simpson envió una serie de mensajes en Twitter en los que expresaba su lealtad.
Ya en septiembre de 2014, Adnani aclaró que todos y cada uno de sus seguidores podían, y debían, realizar ataques terroristas en nombre del grupo. “No le pidan permiso a nadie”, dijo, y sugirió que los simpatizantes que no pueden comprar armas deben utilizar piedras, cuchillos o incluso autos para matar infieles.
Este juramento público es el único requisito que el Estado Islámico le impone a sus seguidores que desean realizar actos terroristas en nombre de la agrupación. El mes pasado el portavoz Abu Muhammad Al Adnani pronunció su discurso anual antes del Ramadán, en el cual incitó a los seguidores del grupo a ejecutar asesinatos en el extranjero durante el mes sagrado.
Ningún ataque es demasiado pequeño, aconsejó, y nombró específicamente a Estados Unidos como un objetivo. “La acción más pequeña que haces en el corazón de su tierra es la acción más grande que puedes hacer por nosotros”, dijo, “y más eficaz y perjudicial para ellos”.
En el caso de Orlando hubo una fuerte resonancia entre su propaganda y la elección del asesino. El grupo yihadista ha declarado públicamente su odio a los homosexuales, incluyendo la divulgación de imágenes de combatientes que asesinan personas sospechosas de ser homosexuales lanzándolos desde edificios.

Omar Mateen
Nacido hace 29 años en Nueva York de inmigrantes de Afganistán, Mateen, que profesaba la fe musulmana, se instaló en Port Saint Lucie cuando la familia se mudó a esa localidad de Florida situada a 200 kilómetros al sur de Orlando. Cursó estudios superiores de ciencia en Indian River State College, en Fort Pierce, y en 2007 empezó a trabajar en G4S Secure Solutions, una empresa de seguridad privada que cuenta entre sus clientes con el Gobierno de EEUU.
Dos años después conoció en internet a una mujer que se convertiría en su esposa. Y aunque en declaraciones a 'The Washington Post' ella ha contado que en los primeros meses de matrimonio "él parecía una persona normal", que no se mostraba especialmente religioso y acudía con frecuencia al gimnasio, luego llegaron los abusos.
"No era una persona estable, me pegaba. Llegaba a casa y empezaba a golpearme porque la colada no estaba hecha o por cosas parecidas", ha explicado desde el anonimato la mujer, que escapó ayudada por sus padres y nunca más estuvo en contacto con Mateen pese a los intentos de este. El divorcio llegó en 2011.
Barack Obama ha definido a Omar Mateen como "un hombre lleno de odio" y el retrato que empieza a trazarse del autor de la matanza en el club Pulse de Orlando, aunque aUn plagado de muchos interrogantes, responde a esa descripción. Un maltratador. Un extremista homófobo. Y, desde el domingo, el autor del más letal tiroteo en EEUU y el peor atentado desde el 11-S.
Una fuente citada por CNN señaló que el atacante estaba "entrenado en el uso de armas". Además, de acuerdo a los registros de Florida, tenía licencia para usarlas. El jefe de la policía, John Mina, detalló que el autor llevaba un rifle Ar-15, una pistola en la mano y "un número desconocido de cargas".
El FBI considera que Mateen podría tener una "inclinación" por el terrorismo islámico, por lo que investiga el caso como un "acto terrorista".
El padre de Mateen, en diálogo con NCB News, sostuvo: "Esto no tuvo nada que ver con la religión". El hombre contó que su hijo se había enojado al ver dos hombres besándose en Miami algunos meses atrás y que cree que ese episodio podría estar vinculado con el tiroteo.
"Estamos en shock como todo el país. Pedimos perdón por todo. No estábamos al tanto de ninguna de las cosas que estaba haciendo", dijo el padre del asesino.

Se hablara de esto por mucho tiempo, lo cierto es que si las motivaciones del asesino radican en convicciones religiosas, le ha dado al mundo excelentes motivos para culpar a la fe del resto del mundo.
Hay quienes dicen de que se trata de otro hecho orquestado por el gobierno, y es que eventos como estos son caldo de cultivo para los delirios e historias que a cualquiera se le pueda ocurrir.
Lo cierto es que mas de 50 familias hoy lloran sin consuelo alguno, creo que por el momento es acompañarlos en su dolor y dejar para despues cualquier cosa que se le ocurra al ser humano.
Les dejo una reflexion de un programa mexicano.

LA LECCIÓN QUE DEJA LA MASACRE DE ORLANDO








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